Sighisoara es una joya medieval pintada en colores pastel, sin duda el punto culminante turístico de la enigmática región de Transilvania. Cuenta con una casco antiguo protegido por la UNESCO, multitud de tiendas de artesanía y es un imán para los amantes del terror y las leyendas, ya que Drácula, conocido históricamente como Vlad el Empalador, se asocia a estas tierras.
Sighisoara es una de las siete ciudades sajonas de Rumanía, la más popular y visitada. Cuenta con atractivas villas burguesas y ocupa una localización fronteriza entre las regiones de Moldavia y Valaquia, escoltada por los Cárpatos. La guerra y los conflictos, por ello, han sido claves en la zona, lo que ha determinado la existencia de abundantes construcciones defensivas y militares.
Sighisoara ofrece una atmósfera carismática, sugerente y siempre original, con paseos plenos de historia y bellos elementos, como la ciudadela, la torre del reloj, la iglesia de la colina, la iglesia ortodoxa de Cornesti y la Escalera de los estudiantes.
En la plaza Muzeului se ubica la Casa Veneciana, un edificio fechado en el siglo XVI de estilo veneciano, que no puedes dejar de visitar. La ciudad, además, alberga construcciones religiosas de interés, como la catedral ortodoxa, de estilo neobizantino, y la iglesia católica de San José.
Los amantes de los espacios museísticos encuentran en Sighisoara buenas razones para visitarla. El Museo de Historia refleja la historia de la ciudad a partir de una colección de objetos de todo tipo: piezas de arte, instrumentos médicos, artesanías, joyas, etc. La Cámara de la Tortura muestra los aparatos medievales con los que se torturaba a los prisioneros en otra época, mientras que el Museo de las Armas, ubicado en la primera planta del edificio donde nació Vlad el Empalador, cierra una oferta cultural que puedes visitar adquiriendo un billete único.
La Edad Media se reproduce vívidamente en el Festival Medieval de Sighisoara, que se celebra en julio y ofrece música en vivo, talleres de artesanía y muchas oportunidades para comer y beber bien.
Sighisoara está rodeada de hermosos cerros y bosques. Algunos de los más atractivos se encuentran en la meseta de Breite, a solo una hora andando de la ciudadela.
Sighisoara está muy cerca de algunos enclaves históricos únicos, como Biertan, un pueblo milenario absolutamente incomparable.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el casco antiguo de Sighisoara incluye la ciudadela de Sighisoara, que se remonta al siglo XII y es un complejo espectacular de iglesias, calles y escaleras de piedra. En los siglos XII y XIII, el rey de Hungría invitó a los sajones alemanes a establecerse en Transilvania, y la ciudad medieval de Sighisoara fue el resultado de esa decisión. Para protegerse contra los ataques turcos, estos artesanos y soldados construyeron una impresionante ciudadela, que ahora es la pieza central de la ciudad moderna. Con nueve torres originales aún en pie, es un auténtico paraíso divulgativo de la historia.
La torre del reloj es el edificio más famoso de Sighisoara, una visita obligada para todos los visitantes. Construida en el siglo XVII, y refinada posteriormente por los artesanos austriacos, la torre presenta esculturas alegóricas de la Paz, la Justicia y la Ley, así como de los llamado Ángeles del día y la noche, que intercambian sus emplazamientos según la hora del día. Si quieres ver en acción estas figuras, acude a las 18 horas.
Desde la llegada de los sajones, la iglesia del monasterio ha sido un punto focal para la vida religiosa en Sighisoara. Lo que inicialmente fue una capilla del monasterio dominicano se convirtió en una iglesia luterana en el siglo XVI y, tras la demolición del monasterio, en una iglesia independiente. Es un estupendo ejemplo de la arquitectura gótica, mientras que el interior es una incomparable referencia del barroco, con una fuente de bronce, hermosas ventanas y alfombras orientales del siglo XVI.
En el siglo XV, Vlad el Empalador gobernó Transilvania durante veinte años, defendiendo su nación contra los turcos. Con posterioridad, su existencia fue asociada al mito literario, cinematográfico y popular de Drácula. Una vez en la región, el conde Drácula jamás queda lejos de las mentes de los visitantes. Si te gustan los vampiros, visita la casa de Vlad Dracul, donde el Empalador nació en 1431. Entra en el dormitorio en el que vivió hasta los cuatro años... si te atreves.
Si necesitas asomarte a la naturaleza durante tu visita a Sighisoara, acude a la Reserva de los Robles Centenarios de Breite. Ocupa casi 30 hectáreas de una meseta cubierta de hierba y alberga enormes robles que empezaron a echar raíces cuando los sajones llegaron en el año 1200. Situada a unos 3 kilómetros del centro de la ciudad, puedes desplazarte hasta ella en bicicleta, en coche o incluso andando.
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el casco antiguo de Sighisoara incluye la ciudadela de Sighisoara, que se remonta al siglo XII y es un complejo espectacular de iglesias, calles y escaleras de piedra. En los siglos XII y XIII, el rey de Hungría invitó a los sajones alemanes a establecerse en Transilvania, y la ciudad medieval de Sighisoara fue el resultado de esa decisión. Para protegerse contra los ataques turcos, estos artesanos y soldados construyeron una impresionante ciudadela, que ahora es la pieza central de la ciudad moderna. Con nueve torres originales aún en pie, es un auténtico paraíso divulgativo de la historia.
La torre del reloj es el edificio más famoso de Sighisoara, una visita obligada para todos los visitantes. Construida en el siglo XVII, y refinada posteriormente por los artesanos austriacos, la torre presenta esculturas alegóricas de la Paz, la Justicia y la Ley, así como de los llamado Ángeles del día y la noche, que intercambian sus emplazamientos según la hora del día. Si quieres ver en acción estas figuras, acude a las 18 horas.
Desde la llegada de los sajones, la iglesia del monasterio ha sido un punto focal para la vida religiosa en Sighisoara. Lo que inicialmente fue una capilla del monasterio dominicano se convirtió en una iglesia luterana en el siglo XVI y, tras la demolición del monasterio, en una iglesia independiente. Es un estupendo ejemplo de la arquitectura gótica, mientras que el interior es una incomparable referencia del barroco, con una fuente de bronce, hermosas ventanas y alfombras orientales del siglo XVI.
En el siglo XV, Vlad el Empalador gobernó Transilvania durante veinte años, defendiendo su nación contra los turcos. Con posterioridad, su existencia fue asociada al mito literario, cinematográfico y popular de Drácula. Una vez en la región, el conde Drácula jamás queda lejos de las mentes de los visitantes. Si te gustan los vampiros, visita la casa de Vlad Dracul, donde el Empalador nació en 1431. Entra en el dormitorio en el que vivió hasta los cuatro años... si te atreves.
Si necesitas asomarte a la naturaleza durante tu visita a Sighisoara, acude a la Reserva de los Robles Centenarios de Breite. Ocupa casi 30 hectáreas de una meseta cubierta de hierba y alberga enormes robles que empezaron a echar raíces cuando los sajones llegaron en el año 1200. Situada a unos 3 kilómetros del centro de la ciudad, puedes desplazarte hasta ella en bicicleta, en coche o incluso andando.
Si buscas buena comida en Sighisoara, acude al restaurante del Hotel Central Park o cena en la Casa Vlad Dracul, que se ha convertido en un excelente restaurante donde se sirven abundantes platos rumanos, alemanes y franceses. Espera pagar por las comidas unos 40 o 50 RON.
Dado que se celebran numerosos festivales y el clima es excelente para realizar caminatas, el verano es el mejor momento para acudir a Sighisoara. Además, la primavera y el otoño también son muy hermosos, y no demasiado fríos. La temperatura media anual es de 8,9 ºC.
Aeropuerto de Targu Mures (TGM), localizado a unos 48 kilómetros al norte de Sighisoara, es el más cercano. Los taxis desde el aeropuerto cuestan alrededor de 100 RON. Por otra parte, el trayecto en autobús dura poco más de una hora y cuesta solamente 5 RON.
La mejor y más frecuente manera de desplazarse en tren a Sighisoara es hacerlo desde Bucarest y Viena. Desde la capital de Rumanía, el viaje dura cuatro horas y media y cuesta aproximadamente 50 RON.
Para llegar por carretera desde Bucarest, toma la A3 dirección Brasov y, a continuación, la E60 a Sighisoara. Si vienes de Timisoara, deberás acceder a la A1.
MementoBus y Fany proporcionan conexiones de autobús desde Bucarest, con billetes de ida desde 65 RON.
1. Cetatea Sighisoara, la ciudadela medieval, se remonta en realidad a la época romana y ha sobrevivido prácticamente intacta. Es un lugar maravilloso para pasear.
2. Oraşul de Sus, conocida en español como la ciudad baja de Sighisoara, es ahora su centro comercial y de hospedaje. Visita sus excelentes restaurantes, como La Perla, y la arquitectura del siglo XVII que se ubica alrededor de la plaza Hermann Oberth.
3. Strada Nicolae Titulescu, en dirección norte hacia la estación, alberga muchos restaurantes y la mejor vida nocturna de Sighisoara.
Existe un sistema de autobuses locales que lleva a los barrios periféricos; sin embargo, para la mayoría de los objetivos turísticos, caminar es suficiente.
La bajada de bandera de un taxi cuesta unos 1,75 RON, a los que se añaden a continuación 2,50 RON por cada 1,6 kilómetros recorridos.
La principal opción para alquilar coches es Rent A Car Sighisoara, donde puedes encontrar paquetes por 60 RON diarios.
Mientras caminas por la ciudad, encontrarás artistas que venden pinturas y no faltan tiendas de artesanía. Sin embargo, el mejor lugar para mirar es la plaza Cetati, en el corazón de la ciudadela.
Los supermercados más populares en Sighisoara son Profi y Kaufland, en los que puedes adquirir una docena de huevos por unos 7 RON. Una Coca Cola de 33 centilitros cuesta 4,68 RON; y una botella de cerveza nacional de medio litro, 5,24 RON.