Hospitalaria, amistosa y contemporánea, Indianápolis es una ciudad maravillosa. Al recorrer sus calles se descubren interesantes monumentos, modernas boutiques, muestras de arte y restaurantes donde los platos se elaboran con los productos cultivados en los alrededores. Sí, en Indianápolis los alimentos van de la granja a la mesa.
Los fans de las competiciones de motor tienen siempre muy presente esta sorprendente localidad del estado de Indiana, ya que es sede de la mítica carrera Indianápolis 500, entre muchas otras carreras y eventos.
El rugido de los motores en Indianápolis es la mayor referencia de la ciudad del medio oeste estadounidense. Sin embargo, ofrece infinidad de opciones de ocio para toda la familia, al nivel de los mejores centros turísticos de Estados Unidos.
¿Sabías que el primer evento que tuvo lugar en el famoso circuito Indianapolis Motor Speedway fue una competición de globos aerostáticos? Se realizó en 1909. En este recinto deportivo, que presume de contar con la mayor capacidad para público del mundo, se realiza la carrera oval más importante de la IndyCar Series, las 500 Millas de Indianápolis, además de otras importantes competiciones, como las de NASCAR. Desde 1975 forma parte del Registro Nacional de Lugares Históricos.
En pocas manzanas se concentran tres campos deportivos y estadios de vanguardia. Corresponden a las sedes de los Indianapolis Colts de la National Football League, los Indiana Pacers de la National Basketball Association y los Indianapolis Indians de la Minor League Baseball, y son un paraíso para los fans de los deportes de equipo.
Este parque urbano se extiende por 80 hectáreas. Se trata de un hermoso espacio verde que alberga interesantes museos, un escenario al aire libre donde se realizan espectáculos de música en vivo y se aprecian varias muestras de arte. Siempre recibe corredores, patinadores, ciclistas y a quienes llegan a navegar en el Central Canal, tanto en botes a pedal y góndolas como en kayaks.
En esta animada plaza lo extraordinario es lo habitual. Aquí el estilo hipster encuentra su mundo ideal, ya que hay magníficas galerías de arte, espectáculos de música de vanguardia y cafeterías donde la decoración y la atmósfera atraen tanto como el sabor del café.
Situado junto al río White, el museo de arte de la ciudad es su mayor tesoro cultural. Junto a las salas de exposiciones se descubren un teatro al aire libre, el parque de arte y naturaleza Virginia B. Fairbanks, la histórica Lilly House y The Toby, cuyo recinto alberga la mejor sala-auditorio de la ciudad y puede funcionar como un estupendo cine.
Se trata del paseo marítimo de Indianápolis. Es una vía peatonal, siempre muy concurrida y donde se puede comer muy bien olvidando todo protocolo, ya que hay numerosos food-trucks a la espera de tentar a los peatones con sus aromas y sabores.
En el circuito se organizan tours que recorren las pistas, las cabinas de los medios de radio y televisión, la torre de control y el museo, donde se exhiben automóviles Indy, trofeos, uniformes y fotografías. Hasta es posible conducir un verdadero IndyCar. Ingresar a Gasoline Alley, el área donde están los garajes y en la que las tripulaciones de Indy 500 pasan el mes de mayo, es un plan fantástico.
El sendero cultural es una vía especial para peatones y ciclistas que discurre por 13 kilómetros, y conecta los distritos culturales de Indianápolis. Es una excursión estupenda para realizar durante una estancia en la ciudad, ya que permite descubrir sus rincones desde una perspectiva diferente.
Emplazado en el corazón de Indianápolis, el espacio central del Monument Circle está ocupado por el solemne monumento Soldiers and Sailors. Sin embargo, en este lugar se organizan múltiples eventos, desde mercadillos hasta espectáculos de danza, música y mucho más. El monumento incluye una torre de casi 90 metros y, desde su mirador se pueden admirar unas vistas impresionantes. La entrada es gratuita si se asciende por las escaleras, y tiene un precio de $ 2 si se toma el ascensor.
Diseñado por los arquitectos Rubus & Hunter en un estilo neoclassical revival, este gran teatro fue construido en 1916. Es la sede de la orquesta sinfónica de Indianápolis, y en ella se presentan diversos eventos de alta calidad.
Se trata del paseo marítimo de Indianápolis. Es una vía peatonal, siempre muy concurrida y donde se puede comer muy bien olvidando todo protocolo, ya que hay numerosos food-trucks a la espera de tentar a los peatones con sus aromas y sabores.
En el circuito se organizan tours que recorren las pistas, las cabinas de los medios de radio y televisión, la torre de control y el museo, donde se exhiben automóviles Indy, trofeos, uniformes y fotografías. Hasta es posible conducir un verdadero IndyCar. Ingresar a Gasoline Alley, el área donde están los garajes y en la que las tripulaciones de Indy 500 pasan el mes de mayo, es un plan fantástico.
El sendero cultural es una vía especial para peatones y ciclistas que discurre por 13 kilómetros, y conecta los distritos culturales de Indianápolis. Es una excursión estupenda para realizar durante una estancia en la ciudad, ya que permite descubrir sus rincones desde una perspectiva diferente.
Emplazado en el corazón de Indianápolis, el espacio central del Monument Circle está ocupado por el solemne monumento Soldiers and Sailors. Sin embargo, en este lugar se organizan múltiples eventos, desde mercadillos hasta espectáculos de danza, música y mucho más. El monumento incluye una torre de casi 90 metros y, desde su mirador se pueden admirar unas vistas impresionantes. La entrada es gratuita si se asciende por las escaleras, y tiene un precio de $ 2 si se toma el ascensor.
Diseñado por los arquitectos Rubus & Hunter en un estilo neoclassical revival, este gran teatro fue construido en 1916. Es la sede de la orquesta sinfónica de Indianápolis, y en ella se presentan diversos eventos de alta calidad.
Es tan grande la oferta de restaurantes, cafeterías y food-trucks que decidir dónde comer en Indianápolis puede llegar a ser difícil. Hay sitios económicos para tomar bocadillos, como 96th Street Burgers y Broad Ripple's Boogie Burger, y pizzerías como Bazbeaux Pizza, que dispone de tres lugares donde la pizza gourmet preside el menú. Quienes deseen comer o cenar en un restaurante elegante deberían acercarse a Corner Wine Bar, donde sirven un filete mignon de escándalo y la carta de vinos es excepcional. El precio de una hamburguesa en un local de comida rápida ronda los $ 10, mientras que un plato gourmet suele costar unos $ 40, a lo que hay que sumar las bebidas y el postre. En los restaurantes de nivel intermedio el precio de una comida suele estar entre los $ 15 y los $ 20.
Indianápolis ofrece su mejor faceta a partir de abril, cuando empiezan las temperaturas más agradables. Los fanáticos de los deportes de motor, en general, eligen llegar a la ciudad a finales de mayo, pues entonces se celebra la carrera de las 500 millas de Indianápolis.
Otros eventos de gran interés son la Feria Estatal, el Oktoberfest y el Rib America Fest, que se dan cita en agosto. Para disfrutar de todas las atracciones de la ciudad, la mejor temporada se da entre mayo y octubre, cuando las temperaturas oscilan entre los 12 °C y los 24 °C.
La mejor manera de viajar a Indianápolis es volar con destino al aeropuerto internacional de Indianápolis, ubicado a unos 15 kilómetros de la ciudad. Desde allí, el medio más económico de acercarse al centro es tomar el autobús de la línea 8 de IndyGo, cuyo billete tiene un precio de $ 1,75. En el aeropuerto también se puede recoger un coche de alquiler, o tomar una limusina o un taxi.
La estación Amtrak de Indianápolis se encuentra próxima al centro de la ciudad. El tren es una buena opción para viajar desde Chicago, gracias a las cuatro frecuencias semanales que programa el tren Hoosier State para conectar ambas ciudades.
Indianápolis tiene excelentes conexiones por carretera que comunican con cualquier región de los Estados Unidos. Desde Chicago hay que tomar la I-65, y quienes parten de las ciudades de Eastern Seaboard deben acceder por la I-70. Las carreteras I-75 y I-65 comunican Indianápolis con la región sur, y la mejor ruta desde el oeste es tomar la I-40, y luego enlazar con la I-44 en Oklahoma City.
La compañía Greyhound ofrece un servicio de autobuses interurbanos cuyas rutas unen a Indianápolis con numerosas ciudades estadounidenses, incluidas Chicago, Nueva York, Filadelfia y Kansas City. Su terminal se encuentra en la estación de Amtrak. Asimismo, Burlington Trailways ofrece un servicio alternativo desde las principales ciudades del medio oeste, entre ellas San Luis y Mineápolis.
1. Centro de la ciudad. El centro cultural y de negocios de la ciudad es una zona muy recomendable para alojarse. Allí se ubican Indianápolis City Market, que ofrece degustaciones regulares de productos locales, vino y cerveza, y también Fountain Square y Theatre on the Square, el principal centro de artes escénicas de la ciudad.
2. Broad Ripple Village. Situado a unos 10 kilómetros al norte del centro de la ciudad, en este distrito se aprecia una vida nocturna muy animada. Asimismo, es el centro gastronómico más famoso de la ciudad. La zona alberga clubes nocturnos, como el Red Room, cervecerías artesanales, como HopCat, y restaurantes de comida local saludable, como Flatwater.
3. Irvington Historic District. Este es el centro histórico de Indianápolis, y es sede de atractivos edificios del siglo XIX. Al pasear por sus calles se contemplan numerosas residencias históricas, como Benton House y Stephenson Mansion. También se organiza allí el mercado de agricultores Irvington Farmers Market y se puede asistir a la representación de una obra de teatro en Irving Theatre. Es un área ideal para el alojamiento de familias.
IndyGo opera una extensa red de autobuses locales, cuyos billetes cuestan $ 1,75 el viaje simple y $ 4 los pases de un día. El autobús número 17 es particularmente útil, ya que une el centro de Indianápolis con Broad Ripple.
El taxi es utilizado casi exclusivamente por los turistas. Las tarifas locales suelen ser de $ 3 por la bajada de bandera, y aumenta en $ 3,2 por kilómetro. Existen cargos por pasajeros adicionales. La oferta de UberX es bastante más económica, y el precio de su tarifa básica es $ 1,25 por inicio de viaje, y luego de $ 1,20 por kilómetro, aunque su precio mínimo es de $ 5,10.
Alquilar un coche en Indianápolis es una estupenda opción, ya que el área metropolitana está bastante dispersa y moverse entre zonas como Irvington y Broad Ripple puede implicar mucho tiempo si se realiza en transporte público. Hay numerosos aparcamientos en el centro, y su precio es $ 1,50 por hora. En zonas suburbanas, las tasas son de $ 1 por hora.
Elección del proveedor
5 adultos, 5 maletas
$859/día
Económico
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Broad Ripple es el lugar perfecto para encontrar gangas y ropa vintage, arte o antigüedades. Westfield Boulevard, por su parte, concentra las tiendas más populares, incluyendo Chelsea y French Pharmacie. Fountain Square es otra gran área de compras, y quienes desean adquirir joyas y artesanías pueden acercarse a Heirloom Classics Jewelry and Beads. Otro lugar donde encontrar chollos es Indianapolis Downtown Antique Mall, y los fans de las compras de lujo pueden dirigirse a Castleton Square Mall, un elegante centro comercial donde se encuentran J. C. Penney, Sears y Macy's.
Los viajeros que prefieran disfrutar de un pícnic pueden encontrar todo lo necesario en los mercados locales, como los de agricultores de Irvington y Broad Ripple. Ofrecen productos frescos locales como frutas, carnes, vegetales, queso y panificados tradicionales de Indiana. Los supermercados que utilizan habitualmente los residentes son Publix, Walmart y Marsh, entre otros. Para tener una idea de los precios, ten en cuenta que el litro de leche cuesta $ 0,52, la barra de pan $ 2,42, el kilo de queso local $ 10,43 y el kilo de manzanas $ 4,40.