Florianópolis es como una de las joyas principales de las ciudades turísticas imprescindibles de Brasil. Bendecida con exuberantes playas, lagunas resplandecientes, verdes senderos amazónicos y deliciosa cocina autóctona, Florianópolis es el destino elegido por los brasileños y los buscadores de aventuras globales.
Florianópolis tiene 24 playas y un gran centro de actividades náuticos del que sus visitantes pueden disfrutar. El diario estadounidense The New York Times afirmó en 2009 que esta ciudad era el destino del año. Además, el Newsweek consideró Florianópolis como una de las 10 ciudades más vivas y activas del mundo en 2006. Asimismo, es una de las capitales más seguras de Brasil.
Florianópolis es una de las mejores opciones que tienes a tu alcance para pasar tus vacaciones. Es una isla paradisiaca que, gracias a su numerosas y fascinantes playas, se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos del estado brasileño de Santa Catarina, de Brasil y de América del Sur.
La hermosura de sus playas genera enclaves ideales para disfrutar de la noche. Una vida nocturna alegre, divertida y decadente es lo que te espera en Florianópolis.
Si te encanta dormir al raso, fundirte con la naturaleza y pasarlo bien al aire libre, el parque nacional São Joaquim te ofrece 50 000 acres de belleza verde.
¿Viajas a Florianópolis en enero y febrero? Es el momento perfecto para disfrutar de la fiebre del color, la música, la comida y los desfiles durante el carnaval. ¡Seguro que conocerás a gente interesante y vivirás experiencias memorables!
La estrella brillante de Florianópolis y el lugar ideal para fiestas masivas durante el invierno, Lagoa de Conceição es también un gran lugar para practicar windsurf.
Si estás buscando olas, Santa Catarina Pro es un gran evento de surf que se realiza anualmente en esta localidad. Si te encanta este deporte pero todavía no has llegado al nivel profesional, la isla está cubierta de dunas de arena blanca, lo que la hace perfecta para el sandboarding.
Una de las comunidades de playa más relajantes y hermosas de Brasil, San Antonio de Lisboa, fue colonizada por nativos de las Azores hace más de 200 años. Por ello, transmite una fuerte sensación europea. Llena de calles adoquinadas, casas multicolor y plazas peatonales, es también un lugar muy placentero para ser explorado. También puedes pasar todo el día en la playa, pero las numerosas iglesias y espacios elegantes, como la Praça Getúlio Vargas, son igualmente seductores.
Situada a un kilómetro de la costa de Florianópolis, esta isla es un lugar muy especial para ser visitado. ¿Por qué? Además de sus bahías aisladas y su pintoresca ubicación, la isla está salpicada de petroglifos (tallas de piedra) datados hace miles de años. Recorre los senderos de la jungla interior para admirar estas misteriosas obras de arte y descubre los monos y las aves tropicales de la isla. Te costará un pequeño precio, una contribución que ayuda a mantener la isla en tan buena forma, pero merece la pena.
En la costa este de la isla de Santa Catarina encontrarás Barra da Lagoa. Una vez allí, no querrás irte. Este idílico y pequeño pueblo costero tiene todo lo que podrías desear en un vecindario brasileño. Incluye una deslumbrante playa de arena blanca, pero también restaurantes de pescado de gestión familiar donde los lugareños capturan, preparan y sirven algunos de los mariscos más frescos del entorno. Cuando lo visites, dirígete a la zona de Fortaleza, en el paseo marítimo, donde te esperan los mejores restaurantes y bares. Es la manera perfecta de terminar un día tomando el sol y nadando.
Conectando las dos partes de Florianópolis con innegable estilo, el puente Hercílio Luz no solo es una localización esencial de la infraestructura de la ciudad. Por un lado, es un hermoso ejemplo de puente colgante: el más largo de su tipo en Brasil, con un tramo de 340 metros. Su inusual diseño se logró aplicando los conocimientos estadounidenses de la década de 1900. Incorpora vías para peatones y ciclistas, lo que permite a los visitantes pasear y disfrutar de bellas vistas urbanas.
Sin lugar a dudas, el corazón comercial de Florianópolis es el Mercado Público, el cual resulta perfecto para ir a buscar flores, artesanías y, lo más importante, deliciosa comida brasileña. A medida que los dueños de los puestos bajan sus precios y los lugareños regatean, puedes ir llenando tu cesta con frutas recién recolectadas y mariscos sacados del Atlántico pocas horas antes. También encontrarás zapatos, cerámicas y bolsos de manufactura local. Ubicado en un atractivo edificio amarillo y blanco del siglo XIX, el Mercado Público es también uno de los mejores lugares de la ciudad para tomar una o dos cervezas bajo el sol tropical.
Una de las comunidades de playa más relajantes y hermosas de Brasil, San Antonio de Lisboa, fue colonizada por nativos de las Azores hace más de 200 años. Por ello, transmite una fuerte sensación europea. Llena de calles adoquinadas, casas multicolor y plazas peatonales, es también un lugar muy placentero para ser explorado. También puedes pasar todo el día en la playa, pero las numerosas iglesias y espacios elegantes, como la Praça Getúlio Vargas, son igualmente seductores.
Situada a un kilómetro de la costa de Florianópolis, esta isla es un lugar muy especial para ser visitado. ¿Por qué? Además de sus bahías aisladas y su pintoresca ubicación, la isla está salpicada de petroglifos (tallas de piedra) datados hace miles de años. Recorre los senderos de la jungla interior para admirar estas misteriosas obras de arte y descubre los monos y las aves tropicales de la isla. Te costará un pequeño precio, una contribución que ayuda a mantener la isla en tan buena forma, pero merece la pena.
En la costa este de la isla de Santa Catarina encontrarás Barra da Lagoa. Una vez allí, no querrás irte. Este idílico y pequeño pueblo costero tiene todo lo que podrías desear en un vecindario brasileño. Incluye una deslumbrante playa de arena blanca, pero también restaurantes de pescado de gestión familiar donde los lugareños capturan, preparan y sirven algunos de los mariscos más frescos del entorno. Cuando lo visites, dirígete a la zona de Fortaleza, en el paseo marítimo, donde te esperan los mejores restaurantes y bares. Es la manera perfecta de terminar un día tomando el sol y nadando.
Conectando las dos partes de Florianópolis con innegable estilo, el puente Hercílio Luz no solo es una localización esencial de la infraestructura de la ciudad. Por un lado, es un hermoso ejemplo de puente colgante: el más largo de su tipo en Brasil, con un tramo de 340 metros. Su inusual diseño se logró aplicando los conocimientos estadounidenses de la década de 1900. Incorpora vías para peatones y ciclistas, lo que permite a los visitantes pasear y disfrutar de bellas vistas urbanas.
Sin lugar a dudas, el corazón comercial de Florianópolis es el Mercado Público, el cual resulta perfecto para ir a buscar flores, artesanías y, lo más importante, deliciosa comida brasileña. A medida que los dueños de los puestos bajan sus precios y los lugareños regatean, puedes ir llenando tu cesta con frutas recién recolectadas y mariscos sacados del Atlántico pocas horas antes. También encontrarás zapatos, cerámicas y bolsos de manufactura local. Ubicado en un atractivo edificio amarillo y blanco del siglo XIX, el Mercado Público es también uno de los mejores lugares de la ciudad para tomar una o dos cervezas bajo el sol tropical.
Hay muchos lugares gastronómicos interesantes de bajo, medio y alto presupuesto. Te sugerimos reservar una de las 5 mesas del exclusivo Bistro Isadora Duncan, donde podrás saborear un espectacular filet mignon y platos de marisco fresco por R$ 100 por persona.
La mejor fecha para viajar a esta ciudad depende del tipo de temperatura que consideres "cálida". El verano brasileño abarca de diciembre a marzo, con temperaturas de 25 ºC o más. El presunto invierno se prolonga de junio a septiembre, cuando las temperaturas bajan a 16,5 ºC.
Los viajeros aterrizan en el aeropuerto internacional Hercílio Luz, que se encuentra a 12 kilómetros del centro de la ciudad de Florianópolis. A tu llegada, aprovecha el servicio de autobús directo 186- (TICEN / Aeropuerto), que tan solo cuesta R$ 2,90; o bien el servicio ejecutivo 6120- (Aeropuerto / TICEN), por R$ 4,50.
No existen trenes que conecten Florianópolis con otras ciudades importantes.
En función de tu ciudad de origen, deberás coger la ruta BR-101 y luego cambiar a la BR-282, por la que llegarás a Florianópolis.
La principal estación de autobuses de Florianópolis se llama Terminal Rita Maria. Los autobuses llegan hasta ella desde Santa Catarina y otras ciudades de Brasil. Las tarifas son variables pero, por ejemplo, un viaje desde Foz do Iguaçu cuesta entre R$ 115 y R$ 150.
1. El área principal de Florianópolis es el centro. Cuenta con muchos restaurantes, bares y tiendas para visitar. Es también la sede de históricas mansiones, casas y palacios de Santa Catarina.
2. Trindade acoge el recinto universitario y el campus de la Universidad Federal de Santa Catarina. Por ello, dispone de un montón de vida nocturna, así como de librerías de segunda mano y tiendas vintage.
3. Saco dos Limões es un distrito único en Florianópolis, el más antiguo de la ciudad. Su proximidad a la costa proporciona la presencia de un montón de playas y actividades acuáticas.
Los autobuses son frecuentes y sus rutas múltiples. Las tarifas para adultos solo cuestan R$ 2,90 y, en los autobuses ejecutivos "amarillos", R$ 4,50.
Puedes parar un taxi en cualquier punto de la isla. La bajada de bandera cuesta R$ 4,60 y, seguidamente, el precio adicional es de R$ 4 por cada 1,6 kilómetros recorrido.
El alquiler de automóviles es una excelente forma de viajar hacia y desde las playas. Los precios comienzan en R$ 120 al día para modelos básicos con aire acondicionado.
Hay varios puntos de compras como Floripa Shopping e Iguatemi Florianópolis, que cuentan con entre 150 y 200 marcas mundiales, así como 7 u 8 salas de cine.
En Florianópolis, un litro de leche vale R$ 3,08 y una docena de huevos R$ 6,13. Si te apetece tomarte una cerveza, te costará alrededor de R$ 4.