Costas impolutas, barreras coralinas y una cultura tradicional muy viva caracterizan las islas de Papúa Nueva Guinea, un destino en el Pacífico que ofrece mil posibilidades para el buceo, el excursionismo y la aventura.
En las cercanías de Port Moresby, este parque ofrece un pedazo de ecosistema papuano bien conservado. Alberga gran cantidad de pájaros y es posible ver ejemplares del ave del paraíso.
Esta serie de pistas interconectadas constituyen un antiguo camino minero que conectaba el sur del Papúa Nueva Guinea con el norte. Con sus noventa y ocho kilómetros, que atraviesan selvas, ríos y rocas, es una de las actividades preferidas por los excursionistas.
Esta tribu de las montañas es famosa por sus danzas guerreras en las que portan máscaras de barro. Es posible presenciar representaciones de sus mitos.
La isla posee todo el encanto de un paraíso tropical: arena blanca, aguas turquesas y una línea de costa bordeada de cocoteros. Se puede practicar esnórquel.
En esta zona de costa de Nueva Bretaña es posible nadar entre delfines y explorar arrecifes de coral. Sus aguas albergan pecios de la Segunda Guerra Mundial.
El período que concentra la mayor parte del turismo va de mayo a octubre, cuando la meteorología es más fresca y seca y cuando tienen lugar los principales eventos de las islas. Entre los meses de julio y septiembre, se celebran festivales en los que las distintas tribus muestran su diversidad cultural a través de danzas y manifestaciones artísticas. Son especialmente famosos los festivales de Goroka y el nacional de máscaras de Kokopo.
Los ciudadanos europeos necesitan un visado para entrar en el país. Puede obtenerse a la llegada de los aeropuertos de Port Moresby y Tokua, es gratuito y tiene una validez máxima de sesenta días.
Air Niugini, Saudia e easyJet son algunas de las compañías que vuelan a Papúa Nueva Guinea. Los vuelos desde España hasta el aeropuerto de Port Moresby prevén un mínimo de tres escalas y tienen una duración de algo más de 37 h 30 min.
Hay hoteles en las ciudades y hospederías en los pueblos pequeños. También hay resorts, pensiones y cabañas, como las de Kavieng Village, que cuentan con una pequeña cocina. Otros alojamientos, como el Wairiki 4, ofrecen algunas actividades al aire libre, como pasearse en canoa o en bicicleta.
Los desplazamientos se realizan, principalmente, a través de minibuses privados con rutas fijas y taxis, que suelen cobrar cerca de 10 PGK (2,65 EUR) de partida, más unos 20 PGK (5,30 EUR) por km recorrido. Dado que, en ocasiones, están desprovistos de taxímetro, también se puede acordar la tarifa de antemano. En las islas más pequeñas, caminar es la forma más rápida y placentera de recorrer el territorio.
Varias líneas de ferri operadas por Chebu Shipping y Rabaul Shipping conectan los puertos de Lae, Bialla, Rabaul y Kimbe, entre otros. También hay servicios privados que ofertan excursiones marítimas a las áreas de buceo.
El territorio de Papúa Nueva Guinea es montañoso y solo algunas zonas, como Okuk y Ramu, disponen de una buena red de carreteras. Para alquilar un vehículo, es necesario ser mayor de 25 años y tener un permiso de conducción válido. Los precios parten de unos 300 PGK (79,60 EUR) al día.
La compañía nacional PNG Air ofrece vuelos nacionales entre Port Moresby, Alotau y Goroka, entre otras ciudades.
Solo algunos hoteles y restaurantes aceptan el pago con tarjeta, por lo que es imprescindible disponer de dinero en metálico para moverse por el país. Los centros urbanos están dotados de una discreta red de cajeros automáticos. Port Moresby y otras ciudades disponen de supermercados como SVS Harbour City y Foodworld y también pueden comprarse productos de la zona en los mercados. Un plato del día en un restaurante económico cuesta unos 50 PGK (13,25 EUR) y una cerveza ronda los 9,50 PGK (2,50 EUR).